En el verano tardío de 2015 andábamos ambas más liadas de lo que cabría esperar en días típicamente estivales, ella tratando de adaptar la rutina laboral a su recién estrenada maternidad y yo trabajando en el segundo número de R.A.M, el fanzine de Medialab-Prado para el cual mantuvimos esta entrevista. Araceli, con la generosidad y dedicación que la caracterizaban, no escatimó en tiempo ni reflexiones para compartir sus conocimientos como responsable de la Biblioteca-Centro de Documentación del MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de León) e impulsora del archivo digital del mismo, aportando su estimable visión en el contexto de una de las actividades —PENSANDO, HACIENDO MEDIALAB-PRADO… BIBILIOTECA– del espacio de cultura digital madrileño en el que por aquel entonces yo era asidua colaboradora.
Además, hacía poco habíamos podido contar con su participación en las jornadas Saberes en común: archivo y edición subversivos, coordinadas por Silvia Nanclares desde su línea de investigación en Medialab-Prado ‘Libros Libres’.
Araceli, tu despedida del mundo digital «y de todo» hace un par de días con un tuit me dejó helada pero es que hasta eso lo hiciste bonito. Hoy marchas pero tu legado es imborrable. Como los son tus iluminadoras palabras, tus subversivas ideas y tus generosos sueños –incluido el de llegar a ver un «archivo que permitiera el acceso al conocimiento global». Este es mi pequeño tributo, Araceli, para que siempre estés presente en este (an)archivo digital que es Internet.
||| Entrevista inédita. 2 de septiembre de 2015 |||
El archivo es una de las prácticas ancestrales de preservación del conocimiento –bibliotecas, museos, archivos institucionales,… ¿Qué fundamento crees que tiene este deseo/necesidad/voluntad de registrar el presente para su transmisión al futuro?
Precisamente ese: preservar los registros del presente para no perderlo y poder recuperarlo en un futuro inmediato y lejano.
¿Cómo definirías el perfil o papel del responsable de un archivo?
Siempre me he planteado si está en nosotr@s (documentalistas, archiver@s, bibliotecari@s) ese afán por guardar, coleccionar, prestar, mostrar, informar,… Esto nos lleva a querer guardarlo “todo” bajo unas pautas de conservación y descripción, pensar en cómo recuperarlo y en cómo mostrarlo. Estas tres formas de catalogación y análisis del registro son claves en un profesional de la información.
Por otro lado, el perfil de responsable de un archivo, además de una preparación técnica en descripción/catalogación, formatos, legislación, software especializado…, debe de tener conocimientos de informática como usuario avanzado, especializarse en tratamiento de imágenes, registros sonoros y audiovisuales… Como destrezas personales: responsable, comprometido, generoso, etc. Uf, mucho! 😉
Tradicionalmente los archivos son fuentes de información consideradas neutrales… Sin embargo, la práctica del archivo es en sí un ejercicio de subjetividad –qué archivamos y qué no, cómo lo archivamos y bajo qué criterios… ¿Cuál es tu opinión a este respecto?
Es cierto lo que planteas. La Documentación, Archivística, Biblioteconomía…, son ciencias basadas en la normalización, pero la práctica te lleva incluso hasta la improvisación.
Los canales, los formatos, la información en sí, están en continuo cambio, lo que conlleva a un estudio y a un tratamiento nuevo según cada alteración. Muchas veces, todas estas modificaciones no están contempladas en la normalización (cuya actualización es además lenta); por lo que muchas de las prácticas (clasificación, catalogación, materias,..) se realizan de un modo más espontáneo, basándose en una unificación de criterios, que a su vez, puede justificar y justifica el quehacer diario de esta profesional.
Tan importante como archivar es que haya una fase previa de documentación para que luego pueda trabajarse en la catalogación y conservación ¿cómo es este proceso exactamente y qué papel juega el propio autor/artista de las obras en dicho proceso?
Toda la información y la documentación que pueda adjuntarse a un registro, facilita la catalogación/descripción del documento. En el caso de documentos de arte, el artista puede estar implicado en todo el proceso, desde la documentación que se adjunta a una obra/documento, como en la catalogación, “descifrando” detalles quizá menos evidentes que darían un valor añadido a la ficha. Eso sí, las pautas a seguir en la catalogación, deben de mantener el mismo criterio que las dadas para el resto de registros de ese archivo. Ya existen diferentes campos en la catalogación para descripciones especiales y/o notas.
¿Qué particularidades crees que definen al archivo cultural de esta sociedad en red en la que vivimos?
Fundamentalmente, el multiformato, las multiplataformas e incluso la dispersión. (Esto se vería solventado en un mashup o en una única interfaz de acceso).
A nivel de contenidos, lo multicultural, multiusuario, multicanal, creativo, democrático, etc.
Eres la responsable de uno de los archivos más innovadores y pioneros en el entorno cultural –cuanto menos a nivel europeo– ¿cómo se ha afrontado este proceso de establecimiento y desarrollo de un archivo multimedia y accesible en el MUSAC (nuevos métodos, herramientas, taxonomías…)
Muchas gracias por tus palabras. Creo que es una atribución excesiva. 😉 Desde la Biblioteca – Centro de Documentación del MUSAC, así como desde el Departamento de Prensa, se ha dado mucha importancia a la conservación del material generado a través de las actividades desarrolladas en el museo. Este material es una fuente original y propia del museo, una documentación de gran valor de cara al estudio del arte y de la cultura contemporánea, así como de la propia institución. Gracias a la llegada de nuevas herramientas online (gratuitas y accesibles sin muchos conocimientos en informática), nos han permitido conservar y reproducir digitalmente muchos de los resultados obtenidos en estas experiencias reales que suceden en el museo. La descripción completa de cada uno de los elementos subidos a la red es clave de cara a la recuperación y, aunque inicialmente supone tiempo, siempre es garantía de recuperación y accesibilidad.
Con respecto a la taxonomía, aún tenemos que definir unas pautas más cerradas, ya que nos guiamos por los descriptores que detallan genéricamente las actividades que se realizan en el museo y que pueden obtenerse en la navegación por nuestra propia web.
¿Crees que ha sido posible sólo porque se trata de un museo de arte contemporáneo?
¡Para nada! La prueba está en la cantidad de archivos y museos clásicos que están siendo digitalizados y subidos a la red y a la cantidad de documentos digitales generados en los propios centros de documentación o archivos, cuyo interés es la preservación y difusión de sus contenidos, cada vez más detallados y atractivos.
Lo que ocurre en un museo de arte contemporáneo o centro de arte, es que las exposiciones, las actividades y las manifestaciones artísticas in situ, se realizan (la mayoría) como producción propia, o en su caso, en este lugar; por lo que hace a este material una fuente única y original que forma parte del contenido del archivo y de la red para el uso abierto por parte de todos los interesados. Cada día sucede una actividad o acción (o se puede crear un recurso documental), por lo que es relativamente “fácil” alimentar un archivo digital con material propio que defina la programación y filosofía activa de un museo o centro de arte de estas características. MUSAC es un museo porque cuenta con colección propia, pero actúa como ‘centro de arte’ porque programa continuamente nuevas propuestas expositivas y no dedica (por ahora) una o varias salas a la exposición permanente de sus obras de Colección.
¿Cómo ves replicable el modelo desarrollado en MUSAC a un centro como Medialab-Prado u otros del entorno de la cultura abierta y participativa?
Precisamente, por lo que acabo de comentar es del todo replicable, necesario y a valorar, que cualquier centro de cultura contemporánea ofrezca en acceso abierto y gratuito todo su fondo documental, sonoro, audiovisual y bibliográfico a la comunidad.
MediaLab-Prado, de la que me considero fan desde hace unos 15 años (sus años de vida), es un centro de actividad constante, abierto y participativo donde se genera información y contenidos continuamente por diversos agentes con múltiples conocimientos y de diversas disciplinas, lo que hace de él un centro de referencia en material ‘vivo’ para conocer el presente e, incluso me atrevería a decir, intuir el futuro. Todo el material que se genera desde grupos de trabajo, talleres, investigadores, es un material riquísimo y diverso con muchísimas posibilidades. MediaLab-Prado ya es pionero en la difusión de sus contenidos online y en streaming, relacionando contenidos dentro de su web y con la posibilidad de ampliar la información gracias a todos los enlaces externos en cada entrada de su página. El Archivo de MediaLab-Prado sí que acabará siendo replicado por muchos centros de similares características. 😉
Hablábamos (durante las jornadas ) de archivos híbridos ¿Cómo podemos describir estos archivos que han de almacenar contenidos nunca antes concebidos?
Los sistemas de catalogación clásicos y normalizados muchas veces no contemplan la llegada de nuevos formatos, por lo que, incluso hoy, no siempre se está catalogando de una manera completa.
Sí, en cambio, la práctica está derivando a catalogar de una manera más global e íntegra, completando campos con referencias online y relaciones entre diferentes elementos dentro del propio archivo, lo que va a permitir una catalogación integrada que, unido a los registros de materiales digitales, puede ofrece y ofrece estos archivos híbridos.
¿Cómo clasificamos y archivamos la intangibilidad de lo digital tan omnipresente en el arte y la cultura hoy en día?
Tenemos muchísimos recursos digitales para registrar lo real y ‘lo digital’ ya nace en el formato. Lo importante con respecto al documento digital y de cara a crear un archivo, es establecer un criterio de clasificación, unicidad, usabilidad, accesibilidad, conservación, recuperación y visibilidad; además habría que difundir y promocionar, para un mayor éxito y democratización en el uso.
Teniendo en cuenta que existe una brecha (cultural) digital real, ¿podemos hablar hoy en día de universalidad de acceso?
Es cierto que existe una brecha cultural y digital. Una importante solución es la educación y en países de pocos medios (y no tan pocos), los sistemas de comunicación.
Cierto es que no podemos hablar de “universalidad”, pero sí considero que hay que hacer el esfuerzo por abrir el acceso a la Cultura y a las Culturas, fundamentalmente desde las instituciones públicas.
Pongámonos a soñar un poco, ¿qué características y virtudes tendría el archivo ‘ideal’ de Araceli Corbo en un futuro no muy lejano?
Sería un archivo que permitiera el acceso al conocimiento global, siendo definido el mismo como una relación de conceptos y saberes, en diferentes formatos, de diferentes lugares, lenguas, por diferentes autores, etc., donde se establecieran conexiones que permitiesen reflexionar sobre todos los campos del conocimiento y avanzar, así como despertar la inquietud por seguir caminando entre registros.
¡GRACIAS!
¡GRACIAS a vosotras y a MediaLab-Prado!